No início de mais uma Semana da Leitura partilho, para reflexão, um texto que achei muito interessante...
El papel de la lectura más allá del papel (Para ler o artigo completo...)
El concepto de lectura ha cambiado radicalmente y tenemos que ser abiertos a esta circunstancia. Leer ya no es sólo asunto de leer libros en soporte tradicional. Hay tantas lecturas como medios y soportes, y hay tantas formas de leer como lectores existen. Los lectores de hoy, sobre todo los adolescentes y jóvenes del chat, el blog, el iPod, el twitter, etcétera, se parecen tanto a los lectores de los siglos XIX y XX como se podrían parecer el automóvil Ford T 1908 (que, para arrancarlo, había que darle cran con manivela) y el reciente Ferrari aerodinámico y computarizado.
Los lectores y las lecturas han cambiado. Y esto ni es malo ni es bueno. Es sólo un hecho real. Si los dinosaurios desaparecieron es porque ya no podían vivir más. Entonces, no lo lamentemos: las especies se transforman, se adaptan o se extinguen. Es una ley natural. Y la nueva especie de lector está adaptada a su medio y a su condición, y esto no quiere decir que sea inferior a la especie de lector desaparecida o en vías de extinción, porque en tal caso tendríamos que concluir que el Ford 1908 era mejor que el Ferrari F430 y que el megalosaurus era mejor que el cocodrilo. Si alguien pensara así, ¿podría realmente explicar en qué eran mejores? Lo cierto es que el Ford 1908 está en los museos y el nuevo Ferrari en las calles y autopistas, y que del megalosaurus sólo quedan sus huesos en los museos de historia natural, mientras que el cocodrilo sigue feliz de la vida en los ríos y pantanos.
Sólo hay una realidad: la que vivimos todos los días, y lo demás es información que sólo es útil y relevante si sabemos cómo usarla para transformarla en conocimiento que nos ayude a vivir mejor y, quizá, a ser un poco menos aburridos, más satisfechos. Montaigne dijo: “Podemos lamentar no vivir en tiempos mejores, pero no podemos huir del presente”.
En la historia natural, hubo un periodo en el que los mamíferos coexistieron con los grandes reptiles que habían sobrevivido a los cambios climatológicos, así también hoy coexistimos los lectodinosaurios con los nuevos lectores del mundo electrónico. Y no sólo esto: para no perecer, las viejas especies deben adaptarse, transformarse y adecuarse al medio: muchos de nosotros ya somos lectores híbridos (del libro tradicional y de la computadora), porque sabemos que lo importante no es el soporte sino lo que soporta; no el libro como objeto, sino su contenido.
Y, como dicen los sabios japoneses: si algo desaparece es porque a cambio surge algo mejor.
Juan Domingo Argüelles
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